Simas de la Llenca y el Campillo

Debido a la celebración del Campeonato de España de Progresión Vertical en Valencia los días 10 y 11 de Octubre, organizamos una salida para la gente que se quedaba hasta el lunes en Valencia.
Después de recoger a Ela a las 9:30 de la mañana, nos dirigimos al aeropuerto a dejar a Maruxa que tenía vuelo a Vigo esa misma mañana. Desde el aeropuerto nos vamos hacia Tous donde habíamos quedado con los navarros en el bar del pueblo a las 11h.
Una vez repuestas las fuerzas con un pequeño almuerzo nos aproximamos por pista de tierra a la sima de La Llenca; al momento de llegar aparecieron el Jaca y Alfonso que venían desde Cieza.
Mientras los demás se cambiaban, Jesús se adelantó para ir instalando la cabecera del pozo, de unos 40 m. Como el Jaca y Alfonso trajeron otra cuerda, se instalaron dos vías para agilizar un poco, ya que éramos 10 en total.
La 2ª vía instalada se quedó corta (a 2 m del suelo) y al final bajamos todos por la 1ª vía. Como Jesús era el último arregló la instalación para que llegara la tirada.
A medida que bajábamos pudimos ver una camisa de serpiente de 1 metro de larga, aprox, que Jesús había confundido con un cordino. Una vez todos abajo (algunos aprovecharon para echarse una siesta mientras esperaban a los demás) comenzamos la visita, las formaciones impresionantes, grandes coladas y estalactitas de un tamaño espectacular. Buscamos el paso escondido a la otra sala, y uno a uno fuimos pasando la estrechez, que resultó no ser tan estrecha como pensábamos. La sala escondida nos impresionó por su amplitud y sus formaciones, donde pudimos ver el “huevo frito”. Una vez fuera empezamos a ascender de nuevo por el pozo, ahora con 2 vías instaladas y entre risas, demostraciones de Pantin y cronometrajes (veníamos de una competición) salimos todos asfixiados del pozo y del calor que hacía fuera.

Ya fuera, hicimos un “pequeño abituallamiento” patrocinado por los navarros, con bocadillos, galletas, cerveza de trigo y hasta cola caos, un lujo, vamos. Como Amaia curraba al día siguiente, ella y Luis se fueron en su California hacia tierras navarras sobre las 16h.
Cogimos los coches para ir hacia El Campillo, llegamos por pista en 5 minutos y una aproximación a pie de unos 15 minutos. Una vez allí, Jaca, Ela y David se tumbaron a hacer una siesta, mientras Jotas instalaba. La sala era más grande que la anterior y con unas formaciones muy curiosas y blanquecinas que le daban a la cueva un aspecto un poco “marciano”, después de unas vueltas y unas cuantas fotos fuimos saliendo al exterior, los últimos, David y Jotas se quedaron haciéndose fotos en posturas “poco protocolarias” en la famosa formación con forma de alien que resultó que estaba arriba, en lugar de abajo como todo el mundo pensaba. Encontramos 1 de los 3 sapos amigos del Jaca, le dimos un saludo de su parte, ya que el se quedó arriba echandose la siesta.

A la salida, camino al coche nos encontramos una víbora, y los navarros casi se sacan el hacha para acabar con ella (estos vascos….). Después de unas mandarinas, un tanto agrias, nos despedimos hasta la próxima. Ya se sabe, cada mochuelo a su olivo.